La Catedral de Siracusa, ubicada en la encantadora plaza del mismo nombre en la isla de Ortigia, es uno de los monumentos más importantes de la ciudad. Construido sobre los restos del antiguo templo griego de Minerva, parece una condensación de diferentes estilos y épocas. La fachada fue completamente reconstruida en el siglo XVIII en estilo barroco, una obra maestra del arquitecto palermitano Andrea Palma, y representa uno de los mejores ejemplos barrocos de Siracusa. En su interior encontramos una estructura bizantina de tres naves. Las imponentes columnas dóricas del antiguo templo griego son visibles en el lado izquierdo de la Catedral, tanto en el exterior como en el interior del edificio.