Desde escalar el monte Epomeo hasta explorar la encantadora bahía de la Pelara. Del paseo por los viñedos de Piano Liguori a las sugerencias del bosque de Falanga. En la isla de Ischia, iluminada por un caleidoscopio de colores que realzan los colores más vivos del Mediterráneo, se suceden numerosos paseos, recorridos por expertos senderistas y amantes del trekking. Paseos que permiten al viajero dedicado al turismo lento descubrir los rincones más fascinantes de una isla que revela su lado más fascinante precisamente a quien se adentra en el laberinto de callejuelas y caminos que forman las venas más genuinas de la isla, entre panoramas que miran al mar y encantadores caminos entre los callejones sarracenos.
Y es solo a pie que uno puede captar los tesoros de una isla llena de tesoros invaluables. Orquídeas salvajes, aulagas con vistas al mar trazan el camino hacia ermitas y casas antiguas excavadas en la roca.
Las rutas están salpicadas de huertos de kilómetro 0 y bodegas, muros de piedra seca y caminos milenarios, la cara más auténtica de una isla que se revela en su máximo esplendor sólo a aquellos que, mochileros y con espíritu explorador en el alma, se esfuerzan por adentrarse en el corazón verde de una isla llena de belleza.