Durante más de 70 años Leopoldo Infante ha celebrado la repostería napolitana pero en los últimos años también se ha especializado en cafeterías. Los lunares en blanco y negro distinguen la decoración del local, los muebles, las tazas de café y las cajas para llevar. Lo más destacado son sin duda los tarallini, desde los rellenos de grelos hasta los más picantes con guindilla, pero no puedes irte de este lugar sin haber probado los postres de la casa: desde los buñuelos de San José hasta el babà, pasando por los macarons y tartaletas de fresa. Hay varios puntos de venta: Piazza Dante, Via dei Mille, Via Giordano y Spaccanapoli. Los helados artesanales también son espectaculares.