A las afueras de la ciudad, la costa de Siracusa se nos aparece como una larga franja de tierra donde el mar cristalino choca contra la finísima arena. Entre las playas más sugerentes podemos citar sin duda la de Fontane Bianche, de unos 700 metros de longitud y caracterizada por su arena blanca y cándida, la playa de Arenella, más tranquila y también apta para familias con niños, y Punta Asparano, que aún conserva, con sus calas, características salvajes.
Incontaminada y suspendida en el tiempo es la Isla de las Corrientes (Isola delle Correnti) en Portopalo, donde se pueden ver muy pocas intervenciones humanas: una pequeña estructura militar, un faro ahora en desuso y un par de casas. ¡El encuentro de los vientos y los mares hacen que este lugar sea único, coloreándolo todos los días con diferentes tonos!
¡A continuación te recomendamos las playas más bonitas de Siracusa!