La Iglesia de Santa Chiara es una de las más bellas y famosas de la ciudad. Situada en el centro histórico, cerca de la Piazza Sant’Oronzo, fue encargada por el obispo Ammirato en 1429. Las obras se completaron en 1438 y luego se renovaron en 1687, aunque la estructura de la fachada no se completó.
Aunque las obras nunca se terminaron, la fachada de la Iglesia de Santa Chiara aún logra capturar nuestra mirada. Una fachada convexa y con dos órdenes: el central con el portal (en cuyos lados hay pilastras con capiteles corintios y dos columnas), mientras que la segunda tiene un ventanal con dos hornacinas en los lados.
El interior tiene planta octogonal con techo liso y falso techo de cartón piedra que data del siglo XVIII, un verdadero atractivo de la iglesia. Lo particular de la estructura son las rejillas presentes detrás de las capillas. Rejillas que permitían participar y asistir a las funciones a las hermanas del convento contiguo.