La Oreja de Dionisio es una gran cavidad artificial de treinta metros de altura y 40 de profundidad. Se llama así tanto porque desde el exterior la cavidad toma la forma de una oreja, como porque está ligada a una antigua leyenda siracusana: el tirano Dionisio hizo que los prisioneros fueran encerrados dentro de la cavidad, consciente de que la acústica del lugar permitía escuchar todo lo que sucedía en el interior. El resultado era la condena a muerte para los que decían algo inapropiado y para los que organizaban conspiraciones.
De hecho, la acústica de la Oreja de Dionisio es realmente especial y anima a los visitantes a entonar canciones en su interior.