El Palacio Real de Nápoles data del siglo XVII. El proyecto original es obra del arquitecto Domenico Fontana, uno de los arquitectos más conocidos de la época. A raíz de un incendio en el siglo XIX, el edificio sufrió una remodelación radical a instancias de Fernando II de Borbón. El artífice de la restauración fue el arquitecto Gaetano Genovese, que decidió no deshacer todo el trazado de su predecesor.
De echo, es obra de Fontana la larguísima fachada de estilo manierista. A finales del siglo XIX se colocaron estatuas de ocho reyes de Nápoles en las ocho hornacinas exteriores correspondientes a los arcos cerrados por razones de estabilidad. Estas son las estatuas de Roger el Normando, Federico II de Suabia, Carlos I de Anjou, Alfonso I de Aragón, Carlos V de Habsburgo, Carlos III de Borbón, Joaquín Murat y Vittorio Emanuele II de Saboya. Entrando al Palacio encontrarás los Jardines Reales, el Patio de los Carruajes y el “Cortile del Belvedere”. Los Aposentos Reales muestran las habitaciones reales en el piso noble, decorados con muebles de época.
A lo largo de los siglos, el Palacio Real fue la residencia de los virreyes españoles y austríacos, de los Borbones y finalmente de la familia Saboya. También alberga la rica Biblioteca Nacional de Nápoles Vittorio Emanuele III, la biblioteca italiana más grande después de las de Roma y Florencia. La Biblioteca se abrió al público en el 1804.