Castillo de la Cuba

El Castillo de la Cuba es el último monumento que los normandos construyeron en la ciudad de Palermo. El nombre Cuba deriva del árabe Qubba (cúpula)

El edificio data del 1180: Guillermo II convocó a arquitectos árabes para crear un gran pabellón en el magnífico Parco Genoardo, el mismo lugar que el Castillo de la Zisa y de la Cubula, donde poder disfrutar de los días, asistir a fiestas y refrescarse durante los días más calurosos. De forma rectangular, tiene paredes gruesas y pocas aberturas, para protegerse mejor del calor. Internamente se divide en tres salas comunicantes. En el centro del palacio, una estrella de ocho puntas impluvium transportaba el agua de lluvia. La sala del medio estaba adornada con estalactitas llamadas mocárabes, de las que sólo queda un ejemplar.

La llegada de los angevinos marcó el olvido de la Cuba y el fin del parque paradisíaco, que quedó en ruinas.

El Castillo de la Cuba también sirvió de escenario para el sexto cuento del quinto día del Decamerón de Boccaccio. Entre 1575 y 1576, la estructura se convirtió en hospital, mientras que durante la época borbónica albergó a la caballería. Recientemente, el monumento pasó del Estado italiano a la Región de Sicilia, lo que lo devolvió a su magnificencia.