El Castel dell’Ovo se levanta sobre el islote de toba volcánica de Megaride, junto al Borgo Marinaro y el puerto deportivo. Está conectado con el paseo marítimo más hermoso del mundo por un muelle. Según una antigua leyenda, Virgilio habría escondido en su interior, en un rincón estrecho y secreto, una jaula que contenía un huevo encantado. Parece que de ese huevo dependían «todos los hechos y la fortuna del Castel Marino» y de la misma ciudad.
Las primeras edificaciones datan de la época grecorromana. El castillo sufrió una reconstrucción total durante el período normando. Durante el reinado de los suabos también se utilizó como prisión estatal. Los aragoneses se apoderaron de ella en el siglo XV y la reconstruyeron a su vez. Fue entonces cuando el castillo asumió la forma representada en la famosa Tavola Strozzi, que se encuentra expuesta en el Museo de San Martino. La época de los virreyes españoles vio en estos lugares el encarcelamiento del filósofo Tommaso Campanella hasta su sentencia de muerte. El siglo XIX fue testigo de la aparición en el islote rocoso de famosos Café Chantants, como el Eldorado y el Santa Lucia. Estos Cafés han visto el paso de personalidades famosas como Salvatore di Giacomo y Edoardo Scarfoglio.