Agua cristalina, pequeñas lenguas de arena y guijarros. Los accesos al mar de la isla de Capri son íntimos y muy románticos: pequeñas ensenadas donde la naturaleza muestra toda su belleza, en medio de una exuberante vegetación mediterránea y mil tonalidades de azul.
Para aquellos que eligen este destino azul, lo primero que deben hacer es seguramente un chapuzón en los alrededores de los Farallones, el símbolo indiscutible de toda la isla. Aquí se encuentra el balneario La Fontelina, donde se puede alquilar una tumbona y una sombrilla para luego disfrutar de las aguas cristalinas y detenerse a almorzar bajo la encantadora pérgola acariciada por una ligera brisa marina.
En la parte del puerto encontramos la playa de Marina Grande, la más grande de Capri, y especialmente apta para familias con niños. Desde aquí es posible visitar, gracias al servicio de taxi-boat, los famosos Bagni di Tiberio. La zona libre está justo al lado de la taquilla de los ferrys. La zona de Marina Piccola, por otro lado, está expuesta más al sur y está «protegida» por el Monte Solaro y por eso el sol se va muy pronto. Es ideal para quienes adoran tomar el sol por la mañana y refrescarse en total relax. Se puede llegar fácilmente a pie – por las escaleras de Via Mulo – o en autobús.
Los amantes de la naturaleza más salvaje e incontaminada pueden acudir a la espléndida Gruta Azul, donde pueden zambullirse desde las rocas o descansar alquilando una tumbona y tomando el sol en uno de los rincones más bellos de la isla. Cerca de la Gruta Azul, existe otra zona libre: la Gradola, una de las más premiadas por su agua limpia y transparente.
Otro lugar de rara belleza para disfrutar del mar de Capri es sin duda el Faro di Punta Carena. ¡Rocas o escaleras cómodas te serán de ayuda para bucear e incluso para darte un chapuzón! En los alrededores se encuentra el snack bar da Antonio, donde puedes pararte a tomar una ensalada fresca o unos deliciosos melocotones regados con vino blanco. Para un Spritz o un Prosecco al atardecer, puedes hacer una parada en Maliblu, otro lugar cerca del Faro y muy frecuentado incluso hasta tarde.