La magia de la isla de los Pescadores
Procida, capital italiana de la cultura 2022, es la isla más pequeña del Golfo de Nápoles, pero es la que mejor ha conservado el encanto, la tranquilidad y la cultura totalmente mediterránea de esta parte del mar Tirreno. Nada más entrar en el puerto de Marina Grande se divisan las coloridas casas de pescadores, auténticas viviendas históricas donde se mantiene una tradición que aún hoy es el eje de la vida cotidiana de muchas personas. Uno de los lugares emblemáticos de este destino es Marina di Corricella, el pueblo costero más antiguo y romántico. Este teatro sobre el mar está envuelto en una atmósfera única: las figuras de hábiles pescadores que reparan sus redes se mezclan con una arquitectura ligera y armoniosa compuesta por arcos, escalones y galerías.
En el punto más alto de la isla encontramos Terra Murata, un pueblo típicamente medieval desde el que tu vista podrá disfrutar de una increíble panorámica sobre todo el golfo. Aquí hay sitios culturales muy importantes como el Palazzo d’Avalos, transformado en prisión y cerrado en 1988 y la Abadía de San Michele, que data del siglo XVI, donde se guardan varias obras de arte. Al pie de esta zona se encuentra Casale Vascello, un pueblo caracterizado por callejones estrechos y casas de color pastel que a menudo alberga, gracias a un amplio patio, eventos y conciertos, especialmente durante la temporada de verano. Pero Procida también es famosa por haber conquistado el corazón de directores e intelectuales de la talla de Massimo Troisi, quien ambientó aquí algunas escenas de su obra maestra «Il Postino», de la escritora Elsa Morante, ganadora con su novela «La isla de Arturo” del Premio Strega en 1957 y de Alphonse De Lamartine, quien fuertemente inspirado por su primer viaje a Italia escribió «Graziella», una conmovedora historia de amor entre él y una chica de Procida.
«Ah, no pretendo ser gaviota ni delfín; me contentaría con ser una escorpina, el pez más feo del mar, para volver allí a jugaren el agua».
(Elsa Morante, La isla de Arturo)
Procida está conectada por un antiguo puente con Vivara, una pequeña y salvaje reserva protegida desde 1974. Un entorno ideal para conejos salvajes y aves acuáticas, en este fascinante islote se han encontrado importantes elementos arqueológicos de origen micénico. Aquí se puede ver la casa del Duque De Guevara, el único edificio en esta zona, que más tarde se convirtió en el Pabellón de Caza de los Borbones.
Entre las playas más hermosas de la isla encontramos la de Chiaiolella, la de Postino y la de Ciraccio, de fácil acceso y donde podrás pasar momentos de relax y tranquilidad.